Es posible que haya oído hablar de la teoría polivagal. Pero, ¿qué implica? ¿Y por qué es tan indispensable entenderla? Si padece estrés y tensión persistentes. O cuando le resulta difícil conectar consigo mismo y con los demás.
La teoría polivagal, acuñada por el Dr. Stephen Porges, ofrece una visión completa de las respuestas de nuestro sistema nervioso autónomo. Estas respuestas son la lucha, la huida, la congelación o la retirada. Estos conocimientos permiten reconocerlas y comprenderlas mejor. Al reconocer estas reacciones, puedes pasar a un estado más consciente. Así podrás reconectar sin entrar en pánico ni defenderte.
Aunque la teoría polivagal es bastante complicada, le explicamos paso a paso los conceptos fundamentales de esta teoría.
Por qué reaccionamos así
El concepto de Teoría Polivagal profundiza en los entresijos del sistema nervioso autónomo. Y cómo regula nuestras respuestas a distintos estímulos. Esta teoría, ideada por el Dr. Stephen Porges, muestra por qué tendemos a reaccionar de determinadas maneras ante el estrés u otras situaciones. Si entendemos cómo funciona el sistema nervioso autónomo, podemos reconocer las respuestas automáticas. Y así aprender a pasar a un estado de conexión, en lugar de luchar o huir.
Sistema nervioso humano
El sistema nervioso es una red compleja que nos ayuda a percibir y responder a estímulos externos. Está formado por varios órganos. Entre ellos, los sentidos, el cerebro y la médula espinal. Que trabajan juntos para regular las funciones de nuestro cuerpo. El ser humano tiene uno de los sistemas nerviosos más desarrollados entre los vertebrados. Por ello, su funcionamiento es amplio y complejo.
El sistema nervioso consta de dos partes
El sistema nervioso tiene dos componentes principales: el sistema nervioso somático y el sistema nervioso autónomo. El sistema nervioso somático es la parte del sistema nervioso que controlamos con nuestros pensamientos y libre albedrío. Este sistema nos permite mover los músculos y controlar los sentidos. Por otro lado está el sistema nervioso autónomo. Es la parte automática del sistema nervioso. Controla las funciones automáticas de nuestro cuerpo, como la digestión, los latidos del corazón y la sudoración.
Respire
La respiración es una de las funciones controladas por el Sistema Nervioso Autónomo. Aunque respiramos automáticamente, también podemos controlar conscientemente nuestra respiración, lo que puede afectar a las funciones de nuestro organismo. Por ejemplo, una espiración larga y profunda puede ralentizar nuestro ritmo cardíaco. Este principio se aplica en los ejercicios de respiración, para lograr la relajación.
Sobrevivir o conectar con los demás
La tarea del Sistema Nervioso Autónomo es garantizar nuestra supervivencia en tiempos de peligro y promover el compromiso social en tiempos de seguridad. Para lograrlo, el sistema nervioso autónomo tiene dos modalidades: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. El sistema nervioso simpático regula la movilización y es responsable de ponerse en movimiento y pasar a la acción, así como de las respuestas de lucha o huida. El sistema nervioso parasimpático, por su parte, favorece la inmovilización y nos ayuda a calmarnos y recuperarnos, así como a reaccionar con congelación o rigidez.
Aprender a reconocer las respuestas automáticas
La teoría polivagal explica cómo responde nuestro sistema nervioso autónomo a distintos estímulos. Y cómo puede influir en nuestro comportamiento. Al reconocer nuestras respuestas automáticas, podemos aprender a avanzar hacia un estado de conexión. En lugar de reacciones de lucha o huida.
Entender cómo funciona el sistema nervioso autónomo puede ser especialmente útil para las personas que sufren estrés o tensión recurrentes o para quienes tienen dificultades para conectar con los demás.
Del automatismo a la conciencia
En resumen, la Teoría Polivagal aborda el funcionamiento del sistema nervioso autónomo y cómo afecta a nuestro comportamiento. Al comprender los distintos modos del sistema nervioso autónomo. Y cómo responde a diferentes estímulos, podemos aprender a reconocer nuestras respuestas automáticas. Y volver a un estado de conexión. Este conocimiento puede ser muy valioso para las personas que sufren estrés, agotamiento o depresión.
El nervio vago
La Teoría Polivagal es el resultado de las exhaustivas investigaciones del Dr. Stephen Porges sobre el Nervus Vagus. Se trata de uno de los 12 nervios que se originan en el tronco encefálico. La palabra latina "vagus" significa "errante". Y el Nervus Vagus hace honor a su nombre: se ramifica desde el tronco encefálico hasta todos los órganos del cuerpo y los músculos faciales.
El nervio vago, que es el haz nervioso más importante del sistema nervioso parasimpático, influye considerablemente en la capacidad del organismo para desacelerar, desconectar y conectar con los demás. Para entender cómo un único nervio puede desempeñar funciones tan diferentes. Tenemos que fijarnos en los dos haces diferentes, que evolucionaron en épocas distintas. El más antiguo y primitivo es el Vago Dorsal, mientras que el más nuevo e inteligente es el Vago Ventral. De ahí el término polivagal, que significa nervios múltiples.
Rama dorsal y rama ventral
Ambos haces están estructurados de forma diferente y tienen funciones distintas. El Vago Dorsal se ramifica principalmente hacia los órganos inferiores. Mientras que el Vago Ventral se dirige a los órganos de la cara y la parte superior del tronco. El vago ventral está rodeado por una capa amplificadora de señal alrededor de los nervios, mientras que el vago dorsal no lo está. El desarrollo de esta capa depende de la interacción entre el bebé y sus padres, lo que indica que esta vía nerviosa se desarrolla a través de la interacción social.
Todo es cuestión de seguridad
El sistema nervioso autónomo se organiza en torno a la seguridad. Su único propósito es maximizar la seguridad del individuo, utilizando para ello un sistema jerárquico. Cuando una persona está segura, puede relacionarse con los demás y participar en actividades como el juego. Este estado activa el vago ventral, la parte evolutivamente más joven del nervio vago.
Sin embargo, cuando ocurre algo que el sistema nervioso percibe como alarmante, el vago ventral se desconecta y el sistema nervioso simpático toma el control, dando prioridad al movimiento y la acción. Si la situación es lo bastante alarmante, se liberan automáticamente adrenalina y cortisol, lo que permite al individuo luchar o huir.
Falsa alarma
El sistema de alarma primitivo suele confundir situaciones que no ponen en peligro la vida con otras que sí lo hacen. Esto provoca reacciones de estrés en el organismo y a menudo conduce al exceso de trabajo y al agotamiento. Comprender el funcionamiento del nervio vago y la teoría polivagal permite entender cómo procesa el cuerpo los distintos estímulos. Y cómo responde a ellos. Y pone de relieve la importancia de la seguridad y la interacción social en la fisiología humana.
Estado de congelación
El sistema nervioso humano es un sistema complejo y fascinante que responde de distintas maneras a diferentes estímulos. Cuando el cuerpo se enfrenta a una amenaza, el sistema nervioso simpático responde para prepararse para la acción. Sin embargo, si la amenaza es demasiado grave, el nervio vago toma el control. Entonces se produce una parada total conocida como "congelación", que suele ocurrir en acontecimientos traumáticos. Esta reacción también puede producirse en menor medida, como cuando alguien se desmaya antes de una presentación. O cuando se toca algo excitante o doloroso durante la terapia.
Neurocepción
El sistema nervioso siempre se pregunta si está en peligro y reacciona inmediatamente. Sorprendentemente, el sensor de alarma del cerebro no está controlado por las partes analíticas del cerebro, sino por el tronco encefálico y el cerebro límbico. Esto se conoce como neurocepción, en la que el sistema nervioso responde a los estímulos antes de que el neocórtex tenga la oportunidad de analizarlos. De hecho, el neocórtex empieza a comprender una situación sólo cuando el sistema nervioso autónomo ya ha iniciado una respuesta de supervivencia.
La seguridad es la base del éxito de la terapia
Muchas terapias se centran en decir a los clientes que cambien o se comporten de forma diferente. Esto puede desencadenar estados defensivos y sentimientos de inseguridad. La teoría polivagal sugiere que las personas necesitan sentirse seguras primero. Antes de poder hacer cambios positivos, y que la terapia puede desencadenar reacciones defensivas. O puede provocar retraimiento y desconexión.
El contacto social puede ser curativo
Sin embargo, la teoría polivagal también demuestra que el sistema nervioso puede responder positivamente al sistema nervioso de los demás. Esto se observa a menudo en el vínculo entre madre e hijo, donde el sistema nervioso de la madre puede regular el del niño y crear un efecto calmante.
En general, el sistema nervioso es un aspecto poderoso y a menudo ignorado de nuestro ser, que influye en nuestros pensamientos, emociones y comportamiento. Comprender cómo funciona y responde a los estímulos puede ser un paso crucial. Para promover cambios positivos y crear una sensación de seguridad en nuestra vida cotidiana.
Corregir, conectar positivamente con los demás
La corregulación es la capacidad de experimentar o recuperar la seguridad en presencia de otra persona segura. Esto ocurre no sólo en niños, sino también entre adultos. El desarrollo del nervio vago ventral, responsable de la autorregulación, se produce mediante la interacción con un progenitor que posea un circuito bien desarrollado. Esto es crucial para los niños que son incapaces de consolarse a sí mismos. Crecer en condiciones seguras con padres predecibles que experimentan paz y seguridad también favorece el desarrollo del nervio ventral. Lo que permite a las personas recurrir a él en momentos difíciles más adelante en la vida. Sin embargo, las personas que carecen de esta experiencia de niños pueden desarrollar un nervio ventral menos desarrollado. Esto provoca reacciones de estrés más intensas ante acontecimientos que los demás no perciben como estresantes.
Reacción automática ante el peligro
El Dr. Stephen Porges explica que reconocer a una persona como segura o peligrosa provoca comportamientos prosociales o defensivos determinados neurobiológicamente. Esta respuesta automática al peligro es crucial para el comportamiento adaptativo de defensa, como luchar, huir o congelarse. Comprender este proceso automático puede ayudarle en su proceso de recuperación.
Corregulación
El proceso de corregulación es muy importante tanto para los niños como para los adultos. Un oído atento, un brazo alrededor de alguien o los ojos atentos de una persona cariñosa pueden ser señales de corregulación. A pesar de la naturaleza automática de estos procesos, no se trata de una situación desesperada. El cerebro es un sistema flexible que puede adaptarse a circunstancias cambiantes, y esta capacidad, llamada neuroplasticidad, continúa en la vejez.
Respuestas automáticas al contacto social
Cuando se trata de nuestras interacciones con los demás, nos vienen a la mente muchas reacciones automáticas. Buscamos a los demás, pero dudamos si debemos conectar. Podemos encerrarnos en nosotros mismos o, por el contrario, acercarnos. Puede resultar difícil buscar el contacto, pero excitante entablar conversación en una fiesta. Disfrutamos con las llamadas telefónicas de amigos curiosos y florecemos al recibir abrazos. Todas estas reacciones están directamente relacionadas con nuestro sistema nervioso autónomo.
La importancia de conectar con los demás
El estado de nuestras relaciones puede tener un gran impacto en nuestros sentimientos de seguridad, crecimiento, resiliencia y optimismo. Si no experimentamos confianza, incertidumbre o trauma, es más probable que reaccionemos con respuestas de supervivencia como la lucha, la huida y la congelación. Cada nueva relación nos enseña algo sobre cómo funciona esto. Y las relaciones sanas y positivas pueden cambiar viejos patrones. Las experiencias inseguras pueden hacer que sigamos utilizando métodos de supervivencia.
Respuestas de supervivencia
Nuestras experiencias pasadas y la composición de nuestro cerebro y sistema nervioso pueden influir mucho en nuestros sentimientos y experiencias vitales. Si nos damos cuenta de que no podemos relajarnos, de que estamos constantemente alerta o de que estamos atascados en un modo de nuestro sistema nervioso autónomo. Es señal de que se ha "activado" una acción de supervivencia que intenta protegernos. Para escapar de esto, necesitamos realizar actividades como movernos, conectar con nosotros mismos y con los demás. Y así conectar con nuestro cuerpo y nuestras experiencias.
Safe and Sound Protocol
Otra forma de ayudar a tu sistema nervioso a volver a la seguridad. Y para sacarlo de un estado de supervivencia, es Safe and Sound Protocol.
El Safe and Sound Protocol (SSP) es un programa de musicoterapia y entrenamiento auditivo. Diseñado por el Dr. Stephen Porges a partir de sus investigaciones sobre el funcionamiento de nuestro sistema nervioso. El SSP se desarrolló originalmente para ayudar a personas con autismo. Más tarde se descubrió que el SSP también es estupendo para ayudar a personas que han sufrido traumas o estrés prolongado. Consiste en cinco horas de escucha de música codificada y filtrada. Las cinco horas se escuchan de acuerdo con un programa de escucha, en el que se escucha la SSP durante una media de 20 días con un máximo de 20 minutos al día.
Del inconsciente al consciente
A pesar de que algunas de nuestras percepciones y reacciones son, por tanto, inconscientes. Y sin atención, no podemos influir en ello. Sin embargo, podemos ser cada vez más conscientes de ello. Hermosos ejemplos que vemos a diario en nuestra práctica.
Para ayudarle a tomar conciencia de sus reacciones e impulsos corporales, recibirá de nosotros, además del Safe and Sound Protocol, un curso gratuito basado en la teoría polivagal.
Las ventajas del Safe and Sound Protocol en pocas palabras:
- Es menos probable que se sienta provocado por personas y situaciones.
- Estás menos tiempo y puedes relajarte mejor.
- Puedes volver a sentirte seguro, cuando no hay motivos para la inseguridad.
- Puede ayudarte a liberarte de nuevo de un estado de supervivencia.
- Ayuda a su sistema nervioso a centrarse en las señales de seguridad.
Resulta más fácil mirar tus emociones con distancia y, por tanto, tomar una decisión diferente. Esto crea una diferencia entre reaccionar y responder. Lo primero lo haces desde una emoción y lo segundo desde tu conciencia.